La influencia de los movimientos regionales.
Resultados electorales: Continúa el dominio de los movimientos regionales.
Los resultados de las últimas Elecciones Regionales y Locales nos muestran la consolidación de los movimientos regionales en este tipo de procesos, y resaltan la incapacidad de la mayoría de los partidos por involucrarse realmente en las agendas locales.
En las elecciones subnacionales de 2018 participaron 22 partidos de alcance nacional, siendo que solo tres de ellos tenían origen regionalista: Perú Libertario (ahora Perú Libre) en Junín, el Frente Amplio (antes Tierra y Libertad) en Cajamarca) y Alianza para el Progreso (La Libertad). En este proceso, dada la pérdida de inscripciones luego de las elecciones generales de 2021, solo 12 partidos lograron inscribir candidatos, aunque con participaciones recortadas, pues no estuvieron en todas las regiones.
¿Cuál es la situación de cada partido a nivel subnacional? Cada uno enfrente escenarios distintos, incluso comparados con las elecciones de 2018.


Perú Libre: El partido que llevó a la presidencia a Pedro Castillo tenía como objetivo consolidar su presencia regional, en línea con el discurso que ha difundido Vladimir Cerrón durante este último año. Sin ser un escenario necesariamente catastrófico, pues ha obtenido 3 alcaldías provinciales y 67 distritales, quedó muy por debajo de las expectativas. El hecho de haber perdido en Junín, por la incapacidad de presentar un candidato regional, es tal vez el más duro golpe. A pesar de ello, los buenos resultados en la provincia de Cotabambas y el distrito de Challhuahuacho, en el corredor minero de Las Bambas, ha sido visto con buenos ojos por sus líderes. Perú Libre optó por posicionar a militantes que habían participado de manera activa en la campaña, antes que en buscar alianzas o presentar a candidatos con arrastre en sus zonas.
Fuerza Popular: El partido fujimorista nunca ha sido reconocido por ser una agrupación de carácter regional o local. A pesar de ello, puede que este haya sido su peor resultado en elecciones subnacionales, pues solo ganaron dos alcaldías distritales. Para la agrupación, este proceso no significó grandes esfuerzos, lo que se vio reflejado en las pocas candidaturas presentadas. Si bien Keiko Fujimori estuvo activa en algunas zonas del país, la intención era no perder vigencia en localidades donde necesita mantener o recuperar espacio de cara a unas posibles elecciones generales.
Avanza País: La agrupación del Tren ha obtenido mejores resultados que en 2018. Además de las 5 alcaldías distritales en Lima, ha conseguido 10 alcaldías provinciales y el gobierno regional de Madre de Dios. Ello no significa, necesariamente, un fortalecimiento del partido, pues los triunfos se han dado principalmente por la capacidad y reconocimiento de los candidatos, más que por el arrastre del símbolo, pero les permite mantenerse vigentes en el imaginario popular.
Renovación Popular: El triunfo más importante para el partido celeste ha sido la alcaldía de Lima Metropolitana conseguida por su líder, el empresario Rafael López Aliaga, lo que, además, le ha valido la obtención de 12 alcaldías distritales principalmente en Lima Oeste y Lima Centro. Adicionalmente, obtuvieron el municipio provincial de Condorcanqui en Amazonas. Esta agrupación se ha consolidado como la principal fuerza política en Lima Metropolitana, lo que en un escenario de alta fragmentación puede tener sus contras.
Juntos por el Perú: La agrupación convertida en oficialista esperaba obtener una cantidad suficiente de alcaldías que fortalezcan su imagen frente al gobierno. Ello no ha ocurrido del todo, y el resultado guarda relación directa con el mal manejo del partido y su incapacidad de sostener alianzas. Tras la ruptura con Nuevo Perú, el movimiento liderado por Verónika Mendoza apostó por unirse a movimientos regionales, aunque los resultados tampoco han sido favorables para estos. Sin embargo, un resultado clave para JP es el triunfo en la alcaldía provincial de Chiclayo, localidad de particular interés para el presidente y gente de su entorno. Otro triunfo importante se ha dado en Áncash, en la provincia del Santa, donde el exgobernador Luis Gamarra Alor resultó electo.
Alianza para el Progreso: En APP los resultados pueden ser vistos de dos maneras. A nivel nacional, han perdido fuerza, y de 4 gobiernos regionales obtenidos en 2018 ahora solo tienen 2 confirmados (Acuña en La Libertad y Cruces en Tumbes) y deberán enfrentar una dura segunda vuelta en Lambayeque. De 26 alcaldías provinciales, ahora tendrá solo 17. Incluso, haber perdido la alcaldía de Trujillo frente a un exaliado, supone un golpe para el partido, que también ha perdido peso en Cajamarca, Piura y Lambayeque. Para un partido de origen provincial, este sí representa un resultado negativo. Pero, por otro lado, la victoria de César Acuña, a pesar de un cierre complicado de campaña, puede servir, si llevase una buena gestión, para reconectar con su electorado. El excongresista buscará posicionarse en la Asamblea Nacional de Gobiernos Regionales, aunque el escenario no le es favorable. Es una apuesta arriesgada.
Podemos Perú: La esperanza de José Luna para posicionarse como un actor relevante para el gobierno era conseguir la alcaldía metropolitana de Lima y un buen número de municipios distritales, cosas que no ocurrieron. Si bien los resultados son favorables en cuanto al crecimiento a nivel de alcaldías distritales y provinciales, a pesar de haberse quedado sin gobiernos regionales, las expectativas eran mayores. El próximo paso en la estrategia de la agrupación sería fortalecer a la oposición en el Consejo Metropolitano de Lima.
Somos Perú: La agrupación fundada por Alberto Andrade y liderada, hoy en día, por Patricia Li, ha fortalecido su imagen de partido de alcance subnacional. En gran medida, los resultados favorables se lo deben a la habilidad de su presidenta para formar alianzas y elaborar estrategias políticas. Li logró convencer a líderes regionales de lanzarse con su partido como plataforma. Han obtenido 28 alcaldías provinciales (19 más que en 2018), al menos 2 gobiernos regionales y participarán en 3 segundas vueltas en diciembre. Loreto es una región donde su crecimiento viene siendo sostenido, pues además del GOREL, tendrán la alcaldía de Maynas. Un dato no menor, es que también tienen un representante en el Congreso por esta región.
Acción Popular: El partido de la lampa perdió el capital ganado en 2018 y su presencia en el nuevo mapa político nacional es casi invisible. Si bien es cierto que los problemas dirigenciales, que arrastran desde 2015, impidieron la inscripción de candidatos en gran parte de circunscripciones, en las que si logró presencia no alcanzó, un resultado notorio. El principal golpe para la dirigencia es haber perdido las alcaldías distritales de Lima, donde solo ganaron en Santa María del Mar, distrito en el que María del Carmen Alva ocupó el cargo de teniente alcaldesa. Los dardos desde todos los sectores de la agrupación han encontrado respuesta en el actual secretario general, Julio Chávez, quien ha responsabilizado del resultado a Mesías Guevara, Edmundo Del Águila, Yonhy Lescano e incluso a la facción de “Los Niños” de la bancada, por su mal manejo del partido.
Partido Morado: La agrupación antes liderada por Julio Guzmán desapareció del mapa político. Luego de su mal resultado en las elecciones generales, apuntaron a ganar alcaldías distritales principalmente en Lima y a tentar la provincial. Errores en la inscripción impidieron que se presente candidato al municipio metropolitano. Desde la agrupación, en todas sus candidaturas, apostaron por un discurso en el que la transparencia y superioridad moral era la base (los buenos vs. los malos), lo que evidentemente no resultó, y, por el contrario, despertó antipatías contra el partido desde todos los frentes políticos.
Frente de la Esperanza: El resiliente partido de Fernando “Popy” Olivera logró ganar el gobierno regional de Huancavelica, zona minera de alto interés para diversos grupos, lo que le podría otorgar un buen posicionamiento si se mantiene la vinculación con el gobernador electo. Además, en el Municipio de Lima serán parte de la oposición más férrea a la gestión de López Aliaga.
Dados estos resultados, es importante destacar que las elecciones en el país son personalistas. La lista de autoridades electas que han pasado por distintos partidos antes de conseguir esta elección es sumamente amplia. Lo que les ha permitido el triunfo es la capitalización de su experiencia previa y no el símbolo al que representaban. Hacer un análisis de las tendencias del país en base a los colores que podamos ver en el mapa es apresurado, pues los próximos alcaldes y gobernadores responderán a agendas personales, no partidarias. Un factor clave es que la mayoría de virtuales autoridades regionales que asumirán sus cargos en enero, son de carácter regionalista, por lo que priorizarán los temas de interés para su zona, y no la agenda nacional que esté en discusión. Esto le podría dar espacio al gobierno para formar alianzas.
Otro punto a resaltar es que no se puede hablar de un fracaso rotundo de los partidos políticos, y tampoco de avances significativos en determinados casos. Que los gobernadores electos tengan agendas regionalistas demuestra que los intereses de sus electores están centrados también en esos temas, por lo que confían más en agrupaciones y líderes arraigados en sus zonas. Es difícil, además, comparar resultados de carácter nacional con este tipo de procesos, pues, los movimientos regionales no participan con candidatos presidenciales o al Congreso de forma directa, a pesar de que muchos de ellos forman alianzas con partidos nacionales para incluir a gente en sus listas. Alianza para el Progreso es un ejemplo de esto último, con resultados favorables.
Algo que viene ocurriendo desde las elecciones de 2018 es que los partidos de alcance nacional buscan sumar a sus partidos a líderes locales con alta aceptación. Por ejemplo, Somos Perú ha conseguido las gobernaciones de San Martín y Loreto con dos candidatos (Walter Grundel y René Chávez) enraizados como líderes regionales, y que por primera vez participan con un partido político, luego de estar vinculados a movimientos durante toda su carrera política.
Un aspecto que debe llamar la atención y que explica, en gran medida, la pasividad que ha mostrado la ciudadanía con las distintas acusaciones contra el gobierno central, además de la preocupación por temas vinculados a su entorno, es la elección de autoridades seriamente cuestionadas. Los casos de Wilfredo Oscorima (Ayacucho) y César Acuña (La Libertad), con una interminable lista de investigaciones fiscales, son los ejemplos más resaltantes de una elección que ha colocado a decenas de personas con serias denuncias en cargos de poder. El “roba pero hace obra” y el “más vale viejo conocido que nuevo por conocer”, son parte de la dinámica de nuestra política. La fiscalización ciudadana no parece tener cabida en este momento.
Respecto del rol que cumplirá Rafael López Aliaga en la Municipalidad de Lima, será importante ver si al posicionamiento de Renovación, visto como la oposición más dura contra Castillo se le suma el mensaje “antilimeño” arraigado en regiones. El virtual burgomaestre capitalino deberá lidiar con los gobernadores y alcaldes de todo el país en distintos espacios, y estará expuesto a críticas desde todos los ángulos. Su capacidad de gestión estará en constante evaluación. Dada su exposición mediática, incluso podría llegar a enero con una imagen desgastada, lo que haría que se le exijan resultados rápidos. Tendrá poco margen de acción y de error.