¿La Guerra de los cien años?
Ataques y contrataques:
Los peruanos estamos como espectadores de la guerra en la que están inmersas las principales instituciones estatales, con ataques y contrataques. El jueves por la noche, el gobierno de Dina Boluarte desactivó el Equipo Especial de la Policía Nacional que apoya al Equipo Especial de Fiscales contra la Corrupción del Poder (EFICCOP), liderado por Marita Barreto, y anticipándose a la detención preliminar que se realizaría a personas del entorno de Boluarte. El EFICCOP continuó con su jugada y detuvo, en la madrugada del viernes, de manera preliminar, al hermano de la presidenta, Nicanor Boluarte.
En el operativo, denominado Valkiria Jericó, también se detuvo al abogado de la mandataria, Mateo Castañeda. De acuerdo con la tesis fiscal del EFICCOP, Nicanor Boluarte utilizó el poder facto otorgado a Dina e instrumentalizó el aparato estatal de las prefecturas y subprefecturas de San Martín, Cajamarca, entre otros, para obtener dádivas económicas. Durante la cobertura del operativo, los medios de comunicación evidenciaron que un auto de la PCM se encontraba en los exteriores de la vivienda de Nicanor Boluarte
Por su parte, el abogado de la presidenta es sindicado de haber ofrecido a un agente policial encubierto del EFICCOP un ascenso, al grado de general para un coronel, por indicación de la mandataria. De estos ataques y contrataques, se evidencia que las jugadas de cada actor enfrascado en esta guerra se realizan de manera más célere, en cuestión de horas. Este sería el golpe más duro contra la presidenta, hasta el momento, pues supuso la detención preliminar de su hermano. La interrogante es, quizás, ¿hasta cuándo el Congreso estará dispuesto a sostener políticamente a Boluarte, cuando varios actores ya han iniciado su campaña electoral?
Desvinculada con la realidad:
Mientras se espera la siguiente respuesta al jaque ejecutado por el EFICCOP, la presidenta Dina Boluarte ha dado señales que carece de fortaleza política y se está aislando por sus propios errores. El ejemplo más reciente es la decisión tomada respecto a la presentación del informe técnico del INEI, «Perú: Evolución de la Pobreza Monetaria, 2014-2023». El INEI dio a conocer que la publicación del informe técnico se postergaría, por fuerza mayor, hasta la siguiente semana. Antes de este comunicado, se había realizado la presentación, de manera preliminar, a la presidenta Boluarte y algunos miembros del Gabinete. Sin embargo, periodistas daban a conocer que la postergación se debía a una decisión de la mandataria, lo que le valió duras críticas y cuestionamientos en cuestión de horas. El INEI, finalmente, publicó el informe que revela que la pobreza monetaria aumentó el 2023 en 1,5 puntos porcentuales, respecto al año 2022.
A ello, se le suma la decisión de nombrar a un vocero del Despacho Presidencial, en un alejamiento de la presidenta a la prensa. Fredy Hinojosa Angulo fue designado, de manera reciente, en este cargo con el fin de informar sobre las actividades de la mandataria. Sin embargo, y tras cuestionamientos por el receso que Boluarte se habría tomado el año pasado para someterse a procedimientos estéticos, el vocero no proporcionó detalles, argumentando que se trataban de actos de la esfera privada de la presidenta. La designación de Hinojosa como vocero presidencial evidencia la debilidad del gobierno de asumir la carga que supone responder los constantes cuestionamientos de la prensa.
En medio de esta nueva ola de críticas hacia el gobierno de Boluarte, el embajador de Perú en España, Walter Gutiérrez, presentó su renuncia al cargo. Gutiérrez, cercano a la presidenta, ha decidido desvincularse del gobierno en un momento crítico para Boluarte, pensando también en su propia continuidad política, con miras a 2026.
Asimismo, suenan nuevamente los rumores de posibles cambios en el gabinete. Se vocea que, para julio, asumiría el actual ministro de Educación, Morgan Quero, como jefe de Gabinete; mientras que se ha evidenciado el desgaste con el ministro de Economía, José Arista. El Congreso, por su lado, presiona por cambios en Cultura y Vivienda, aprobando en el Pleno interpelaciones a las actuales titulares, Leslie Urteaga y Hania Pérez de Cuéllar, respectivamente. El gobierno comenzaría un mes de decisiones y evaluaciones para el Gabinete.
Liderando la agenda política:
Frente a un Ejecutivo débil, y una presidenta que suma error tras error, hay un Congreso cada vez más empoderado y sin oposición. A través de negociaciones, el Congreso ha logrado tener el alineamiento de otras instituciones del Estado, como el Tribunal Constitucional, la Defensoría del Pueblo y el Ministerio Público, con Patricia Benavides.
El Ejecutivo es reactivo al Legislativo, pero de manera complaciente. Cuando se dio a conocer que, desde el Congreso, se busca impulsar una moción para crear una comisión que investigue las películas financiadas con los recursos del Estado, la ministra de Cultura anunció, a modo de respuesta, que se reestructurarían los estímulos económicos. Como otro ejemplo, también, está la propuesta de Pedro Cartolín como nuevo contralor general. Cartolín había sido propuesto por Somos Perú y Podemos Perú, previamente, para la Defensoría del Pueblo. El Congreso evaluará, ahora, la propuesta del Ejecutivo, pero lo que se evidencia es que tenemos a un Legislativo que lidera, sin oposición y contrapeso, la agenda política del país.
Además, se viene un cierre de legislatura, previsto para el 15 de junio, bastante alargado, pues el Pleno sesionará miércoles, jueves y viernes por las siguientes semanas. El actual Parlamento habría encontrado la manera de concretar su agenda y hacer primar sus intereses particulares. Los actuales congresistas, alejados de opiniones técnicas, y de críticas que no tienen eco en el Palacio Legislativo, han logrado aprobar grandes temas de reforma constitucional, electoral y del sistema de justicia. La desaprobación que enfrentan en las encuestas no existe en la realidad paralela en la que habitan. A ello se le suma que los enfrentamientos entre la Fiscalía y el gobierno aleja los reflectores, por momentos, del Congreso.
En la mira permanente:
Por último, en la Junta Nacional de Justicia ocurrió el escenario más esperado respecto a la ratificación del jefe de la ONPE, Piero Corvetto, para un período adicional. Con el actual quórum mínimo en el Pleno de la JNJ, de 5 miembros, Corvetto no obtuvo la ratificación, con 4 votos a favor y 1 en contra, y deberá dejar el cargo en agosto. La JNJ organizará un concurso público para nombrar al nuevo jefe de la ONPE. Lo cierto es que el único voto en contra que obtuvo Corvetto, del magistrado Marco Tulio Falconí, no hubiera sido posible sin un Tribunal Constitucional alineado al Congreso.
Lo que se mantiene pendiente es la ratificación de la jefe de la RENIEC, Carmen Velarde, pues, con la inhibición de Guillermo Thornberry, actualmente no hay quórum mínimo para esta deliberación. El Pleno del Congreso aprobó, este viernes, con 67 votos a favor, 16 en contra y 21 abstenciones, en primera votación, el dictamen del Proyecto de Ley 7716 que modifica artículos en la Ley Orgánica de la Junta Nacional de Justicia, para habilitar a nuevos suplentes.
El Congreso, que busca tener el mayor alcance estatal posible, a través del copamiento de la mayoría de las instituciones, busca ahora eliminar a la Junta Nacional de Justicia. En la Comisión de Constitución se inició el debate del proyecto de ley presentado por Gladys Echaíz, que propone que las actuales funciones de la JNJ pasarían a ser cumplidas por dos nuevas instituciones: la Escuela Nacional de la Magistratura y la Autoridad Nacional de Control del Poder Judicial y del Ministerio Público. Los miembros de la Escuela no serían nombrados por un concurso público, sino por medio de la designación de diferentes instituciones. Los miembros, además, pueden ser removidos del cargo por el Senado, que entrará en funciones desde 2026. La iniciativa pasó a cuarto intermedio, pero estamos frente a un Congreso que ha demostrado habilidad política, y capacidad para retroceder en momentos precisos, ser paciente, saber esperar, y finalmente, concretar la jugada.