Hora de la nueva crisis
Hora de la crisis:
El Ministerio Público inició una investigación preliminar contra la presidenta Dina Boluarte por el presunto delito de enriquecimiento ilícito y omisión de consignar declaración en documentos, por el caso de los relojes de la marca Rolex. El silencio inicial de la mandataria, y las respuestas erráticas de los ministros, han ocasionado que los cuestionamientos se amplifiquen rápidamente con el paso de los días. Ahora, este caso supone para Boluarte una contingencia en el plano político.
La bancada de Perú Libre anunció la presentación de una moción de vacancia presidencial, mientras que Fuerza Popular ha mostrado su preocupación ante una falta de respuesta “clara y contundente” del Ejecutivo. Por su parte, el congresista Jorge Montoya, de Renovación Popular, ha señalado que la moción de vacancia presidencial “no debería darse”, pues se afecta la estabilidad del país.
La sensación es que, la mandataria, cuya debilidad es evidente, está arriesgando parte del soporte político de los grupos que la respaldan en el Congreso. Si bien todavía es lejano pensar en que se tienen 87 votos para vacarla, no lo es tanto creer que se pueden obtener 52 para admitir la moción y, por lo menos, forzar a la mandataria a asistir al Pleno a defenderse.
El debate de la moción abre un abanico de posibilidades. Desde un Congreso con afán de demostrar que tiene el poder, aprobando la admisión de la moción de vacancia, hasta la decisión de la presidenta, de proceder la admisión, de defenderse personalmente o a través de un abogado, tendremos acciones políticas que demarcarán la relación entre ambos. Las decisiones que se tomen podrían definir a los grupos que llegarán a julio en alianza para la Mesa Directiva.
Al mismo tiempo, algunos actores políticos, más esperanzados que realistas, estarían pensando en los escenarios que podrían ocurrir, en caso se concrete una vacancia presidencial.
Mientras eso ocurre en la esfera del Congreso, en el Ejecutivo hay un alineamiento de los ministros a las respuestas que están dando para relativizar el caso. La ministra de la Mujer, Nancy Tolentino, ha pedido no “distraernos con denuncias”. El ministro de Salud, César Vásquez, ha señalado que hay cosas más importantes para el país. La ministra de Educación, Miriam Ponce, pide otras preguntas a la prensa y el ministro de Trabajo, Daniel Maurate, solicitó hacer una investigación “correcta”. El premier, por su parte, simplemente opta por cortar las conferencias.
Quién decidió inmolarse por la presidenta, más allá de las respuestas alineadas a minimizar el caso, fue la ministra de Vivienda, Hania Pérez de Cuellar. La expresidenta del Indecopi insinuó que el reloj de la mandataria podría no ser auténtico y que ella misma había adquirido una réplica de esta marca en China. Pérez de Cuéllar incluso dijo que podríamos estar frente a un “complot para tumbarse al Gobierno”, dejando la duda de si algún excolaborador de Boluarte podría estar detrás. El expresidente del Consejo de Ministros, Alberto Otárola, respondió a estas insinuaciones en sus redes sociales: “Niego estar detrás del tema de los Rolex, tal como se pretendió deslizar”.
En todo caso, las respuestas de los miembros del Gabinete demostrarían el agotamiento de los ministros y la poca capacidad de reacción que tendrían frente a este caso. Además del alineamiento de mensajes, otro tema en común entre la mayor parte del gabinete es su afán de cuidar su cargo, optando para ello, por quedar bien con la presidenta. A esto, se le suma un cuestionamiento que podría agudizar la nueva crisis y se trata de la versión que apunta a que el gobernador de Ayacucho, Wilfredo Oscorima, podría estar detrás de estos regalos. Las reuniones entre Oscorima y la presidenta son frecuentes. El evidente vínculo que se ha formado entre ambos podría ser negativo para Boluarte, pues la prensa comienza a profundizar en esta relación. El gobernador de Ayacucho estuvo prófugo de la justicia, fue capturado por la PNP y luego absuelto del proceso judicial que enfrentaba. En el pasado, fue citado en el Congreso por la Comisión que se encargó de investigar los vínculos entre funcionarios públicos y el narcotráfico, y se le cuestionó, justamente, por haber entregado dos relojes Rolex a exmiembros del Poder Judicial.
Jugando al filo de la navaja:
La reacción del jefe de Gabinete, Gustavo Adrianzén, evidencia el poco tacto político que tiene para manejar la nueva crisis que enfrenta la mandataria. Ante los medios de comunicación, el premier ha optado por retirarse, de manera abrupta, de la conferencia de prensa tras las preguntas de los periodistas sobre los relojes de la presidenta, aun cuando aseguró tras su juramentación, que sería una gestión transparente y abierta al diálogo. No solo se hace evidente la poca habilidad política del premier sino la falta de liderazgo que hay en el Ejecutivo.
Esta crisis sucede, además, cuando el premier inicia su ronda de reuniones con las bancadas del Congreso. Adrianzén se ha reunido con Renovación Popular y Fuerza Popular. Esta última bancada le ha pedido evaluar la continuidad de algunos ministros. Sin embargo, el premier lidera un equipo ya armado que respondería a diversas cuotas que otorgan este frágil equilibrio al gobierno por lo que no sería fácil hacer cambios. Cargar con algunos ministros, puede convertirse en una mochila que no esté en capacidad de llevar por mucho tiempo.
Frente a esta poca capacidad de tomar decisiones, parecería que su estrategia con el Congreso era presentarse al límite de que venza el plazo para pedir el voto de investidura, buscando forzar el respaldo de las bancadas cercanas al gobierno, pues el otro escenario sería la negación de la confianza. Esto no solo pone en jaque al Parlamento, como creería Adrianzén, sino también al gobierno, que necesita de ese respaldo para sobrevivir. Esta línea de acción lo que demuestra es, finalmente, la poca capacidad que tiene Adrianzén de trabajar por los votos.
Pauta populista:
El Congreso se prepara para continuar con las interpelaciones a los ministros. Este lunes 25 deberán concurrir al Pleno los ministros de Energía y Minas, Rómulo Mucho, y de Transportes y Comunicaciones, Raúl Pérez-Reyes. En la sesión de este lunes también se podría dar cuenta de la moción de vacancia presidencial que prepara Perú Libre, en caso recolecten las firmas necesarias para presentarla. Las bancadas del Congreso podrían optar por otorgar el voto de confianza al Gabinete Adrianzén, a pesar de sus críticas durante el debate, para no llegar a un escenario de negación de confianza, pero continuar con las mociones de interpelación, y posiblemente censura, para los titulares sobre los que demandan cambios.
Mientras estos temas ocupan la agenda del Congreso en el plano político, hay otros, como el tema de los medicamentos genéricos y el retiro de fondos de la AFP, que pueden delimitar el camino populista que comenzará a seguir el Parlamento. Si bien en estos casos debería primar el debate técnico, esa no es la línea que prioriza el Congreso.
¿Qué más se avizora en el Parlamento en el inmediato plazo? Fuerza Popular recuperará un escaño luego que el JNE entregó la credencial de congresista a Magally Santisteban Suclupe, tras la suspensión de María Cordero Jon Tay. A la bancada naranja le favorece tener un voto más frente a las próximas negociaciones, tanto para las reformas políticas próximas a trabajarse como para la renovación de la Mesa Directiva del Congreso.
Sobre esto último, las negociaciones para la Mesa Directiva y las Comisiones usualmente comienzan un mes antes de la elección en julio, pero en este caso habrían iniciado de manera bastante anticipada. El actual presidente del Congreso, Alejandro Soto, está buscando la reelección, pero no cuenta, necesariamente, con el respaldo de su bancada, Alianza para el Progreso, ni del Bloque País, lo que lo estaría llevando a buscar respaldos individuales y de bancadas con integrantes cuestionados; mientras que Fuerza Popular buscaría, en esta oportunidad, presidir la Mesa Directiva, en caso no encontrar a un candidato de consenso. Si se le suma el escenario de incertidumbre por la moción de vacancia presidencial, las conversaciones entre las bancadas podrían tomar un tono mucho más amargo rápidamente.